En su segunda presentación en la novena Copa del Mundo, Argentina derrotó a Tonga por 28-12, ante la atenta mirada de 21.917 espectadores que se dieron cita en el Hanazono Stadium de Osaka. La primera media hora de juego le vastó al equipo nacional para hacerse con el encuentro. La defensa volvió a ser un factor clave a corregir.
En el primer tiempo, la receta del line y maul le dio conocido rédito al equipo nacional que en la primera acción favorable, con el hambre de try que caracterizan a los delanteros, optó por ir al touch en un penal casi debajo de los postes.
De allí nació la primera suma de puntos, a los 6′. Una jugada combinada después del line out entre Tomás Cubelli y Julián Montoya derivó en la segunda conquista del hooker en esta Copa del Mundo. Benjamín Urdapilleta puso el 7-0 con una conversión desde la bandera.
Al cabo de la primera mitad, Los Pumas fueron mucho más que Tonga, un equipo que hasta el momento no pudo posicionarse en terreno rival. El elenco Albiceleste contó con numerosas variantes en ataque, pese a que la más fuerte, provino desde el touch.
A los 17′, otra vez, el line y el maul le jugaron una buena pasada a Argentina para que nuevamente mediante el bonaerense Montoya lograra anotar para poner el juego 14-0. En tanto, tres minutos después, un tackle del santiagueño Tomás Lezana en mitad de cancha hizo que el cordobés Santiago Carreras se encontrara con la pelota y no dudara en dirigirse en camino recto hacia el ingoal visitante. El juego, a esta altura quedaba 21-0.
Luego de varias fases y con variables a través del pick-and-go, otra vez, el jugador nacido rugbísticamente en Newman, consiguió su hat-trick y a esa altura, el punto bonus para Los Pumas.
Argentina monopolizó la media hora. Mientras que Tonga, que había tenido una escasa posesión, se incentivó con sus primeros embates al pasar a terreno rival y alcanzó su primer try del partido, de la mano del fullback Telusa Veainu.
En los minutos restantes, el cotejo cayó en una meseta, con un resultado que hablaba a las claras de la actuación de uno y otro. El parcial, fue de 28-7 para Los Pumas.
En el complemento, la iniciativas resultaron cambiantes y las modificaciones propuestas por Ledesma desde el banco, tuvieron su incidencia.
Si bien la posesión en los primeros minutos fue para Argentina, el elenco nacional no supo abrir la defensa tongana. La incertidumbre tras la primera mitad fue una constante.
En ese lapso, el equipo no jugó bien. No supo hilvanar maniobras de peligro, mientras que a la hora de defender, en las pocas del adversario, volvió a dejar muchas dudas, tal como en el epílogo del primera tiempo y al igual que en el duelo frente a Francia.
Los isleños capitalizaron las falencias de Los Pumas y volvieron a marcar, de la mano de Veainu.
Argentina, con jugadores habitualmente claves, en un bajo nivel, no supo cómo perforar a su par tongano y concluyó esta etapa sin sumar.
La primera media hora fue vital. Allí, el equipo argentino consiguió lo que se propuso: el triunfo, el bonus y mejorar el juego. La falencia principal: la defensa y la falta de equilibrio para mantener el ritmo.
Próxima parada: Inglatera, en Tokio, con una semana intensa de trabajo y mucho por mejorar.