Con el de hace unos minutos, partido en el que cayó ante Nueva Zelanda por 21 a 5, Argentina completó tres matches en esta, la primera edición del Cuatro Naciones. La línea es ascendente. El rendimiento mejora. Y faltan aún tres encuentros. Jorge Mazzieri, Tercer Tiempo
Digo porque está claro que lo del equipo Nacional Argentino no se limitó a un match. Reitero, acaba de completar la mitad del torneo y la escuadra mejoró en cada uno de los encuentros de esta, que se trata sin dudas de la máxima exigencia en la historia del rugby argentino. Impensado.
Expreso mi reconocimiento y acepto que en el pronóstico yo había pensado en que el rendimiento sería muy distinto al que hasta hoy están mostrando Los Pumas.
El de hace un ratito fuel el rival más fuerte. Nueva Zelanda, el mejor del mundo se quedó sin espacios en buena parte del partido. No sólo con el poder de la pelota sino que también, en más de una oportunidad, cuando defendió, tuvo que volver sobre sus pasos mirando la espalda de la camiseta argentina.
El crecimiento argentino sigue mostrando un muy buen trabajo de entresemana. Y es en todos los planos que componen este juego. Ese es el factor, seguramente, que ha clarificado el aspecto mental. Los Pumas, como en los dos partidos anteriores están demostrando un excelente coeficiente intelectual y es, por cierto, con el que hay encarar el desarrollo de un torneo, que además exige el más alto rendimiento que ha debido exponer en su historia. Todo está muy bien pensado y después ejecutado. La concentración mental fue la que, en los hechos, achicó el espacio de maniobra y no se trató de la especulación proponiendo la economía que llevaría a perder por poco. No, Argentina jugó a ganar y fue ante el mejor del mundo. Perdió por dos tries a uno. Sí, fue ante el mejor del mundo y de visitante.