La primera edición del Rugby Championship ya quedó en la historia y amén de los resultados adversos obtenidos por Los Pumas dentro del campo de juego, el certamen logró instalarse dentro de las páginas doradas de la Unión Argentina de Rugby (UAR), que con uñas y dientes peleó desde lo dirigencial y deportivo por ingresar a un torneo regular durante un período considerable.
Con una performance de nivel, el seleccionado nacional pudo competir de igual a igual e ir contra los pronósticos desfavorables chocando ante los tres mejores equipos del mundo.
Argentina, dio cuenta de que con un trabajo serio y planificado, es posible conseguir las metas planteadas, sumando aportes valiosos, como por ejemplo, los del neozelandés Graham Henry, una de las eminencias del rugby mundial.
“Creo que el balance es positivo por el crecimiento que demostramos haber tenido, porque demostramos que podemos jugar como nos lo propongamos frente a las principales potencias”, sostuvo el centro Santiago Fernández, quien añadió: “El 1º de julio fuimos a Pensacola a prepararnos desde lo mental, lo físico y lo táctico para estar a la altura de las circunstancias y creo que hemos cumplido, más allá de que nos vayamos con bronca por no haber podido ganar ningún partido en todo el torneo.”
Al cabo del certamen, el conjunto dirigido por Santiago Phelan tuvo ítems altos y bajos, sorprendiendo quizás a más de uno con su ambición por ir en búsqueda de los partidos, intentando siempre.
Al respecto y más allá de los buenos propósitos del elenco, el segunda línea Manuel Carizza fue autocrítico y señaló: ““El ataque es una cuenta pendiente que tenemos. Y cuando sabemos lo que hay que corregir, será siempre más fácil trabajar.”
Por su parte, Fernández dijo que: “El punto más alto del equipo talvez fue jugando ante Sudáfrica en Mendoza, pero después también tuvimos buenos pasajes como el primer tiempo frente Nueva Zelanda en Wellington o el segundo en Gold Coast con Australia.
Para el wing Gonzalo Camacho, el certamen fue positivo, no obstante deslizó: “Creo que todos estos partidos nos han servido mucho para poder crecer y por más que nos vayamos tristes por los resultados, sabemos que en algún momento podremos ganar, aprovechando todo lo que aprendimos.”
En tanto, la carencia de marcadores positivos haya sido posiblemente la deuda pendiente argentina, aunque para Fernández, “no hay que ser tan dramático”. “Todos queremos ganar siempre, pero no hay que olvidar que en este campeonato jugamos contra los mejores tres seleccionados del mundo. Debemos ser realistas y darnos cuenta que aún tenemos mucho por corregir y seguir trabajando. El argentino de por sí es exitista. El equipo tiene un partido de buen nivel y enseguida nos agrandan. Sinceramente, nosotros estamos para seguir entrenando sin dar nada por hecho”, sostuvo el jugador del Montpellier francés mientras que para Camacho, para ganar en este tipo de partidos, “hay que alcanzar una absoluta perfección, ya que estos equipos no muestran flaquezas y un error propio es prácticamente un try en contra.”
Sobre las virtudes del seleccionado argentino, la mayoría de los jugadores coincidieron en que fue “la actitud y la defensa, junto con las ganas de atacar”, como comentó el pilar Juan Figallo.
En vistas a lo que viene, todos los jugadores, dirigentes e hinchas argentinos son optimistas. Teniendo en cuenta eso, el centro Marcelo Bosch concluyó: “Ojalá que en la ventana de noviembre podamos corregir lo que deseamos y que los triunfos no tarden en llegar. Ahí veremos si lo aprendido en este primer Rugby Championship, podemos plasmarlo en la cancha. Ese es el deseo de todos nosotros.”
De este modo, Los Pumas dieron por concluida su participación en el primer Rugby Championship, que tuvieron al mejor equipo del mundo, los All Blacks, muy por delante de los demás.
El objetivo a priori del certamen era “aprender de los mejores”, expresó el entrenador Santiago Phelan y de aquí en más, será hora de observar el crecimiento del equipo, jugando posiblemente con mayor altura, ante combinados duros pero no tan fuertes, como los europeos, en la próxima ventana internacional de noviembre.
Por Gabriel Baldi, Tercer Tiempo