Los sobrevivientes disputaron el sábado un emotivo partido ante veteranos chilenos, en recuerdo del partido que no pudieron jugar en 1972. Asistió el arriero que contactó a los rescatistas. Tercer Tiempo
Emoción pura y un recuerdo imborrable para quienes quedaron en la montaña. En conmemoración de los 40 años del «Milagro de Los Andes», cuando un avión Fairchild Hiller bimotor FH-227 que trasladaba al equipo de rugby Old Christian’s y a familiares se estrelló el 13 de octubre de 1972 en la cordillera a 3.500 metros de altura, el grupo de los sobrevivientes del equipo uruguayo disputó un simbólico partido por la «Copa de la Amistad» ante su par chileno Old Grangonian (integrado por ex alumnos del The Grange School y los veteranos de Old Boys, el equipo con el que por entonces se iban a enfrentar), en las nuevas instalaciones que este club inauguró oficialmente el sábado en Chicureo, en las afueras de Santiago de Chile.
«Fue una jornada deportiva, de amistad, de muchísimas emociones. Haber llegado en los helicópteros tal como hace 40 años, son momentos que guardaremos en nuestras memorias. Uno piensa que podríamos haber estado muertos, enterrados en un glaciar, pero no. Estamos aquí jugando con nuestros amigos chilenos», comentó Fernando Parrado, quien arribó en uno de los dos helicópteros Bell UH-1H (el mismo modelo que participó del rescate) de la Fuerza Aérea de Chile y portando un zapato rojo de niño que reunió con el otro que llevaba Carlos Páez, recreando la promesa que ambos se habían comprometido en 1972.
Por otra parte, 16 paracaidistas de la FACh aterrizaron sobre la cancha ataviados con las banderas de Chile y Uruguay, en homenaje al número de los sobrevivientes. Luego, la banda institucional entonó los himnos nacionales de ambos países, hermanados por «una tragedia que se convirtió en Milagro» y en el cierre se colocó una plaqueta recordativa.
Momentos muy emotivos se vivieron con la entrega a Nando Parrado de la agenda que llevaba su hermana Susana -fallecida nueve días después del accidente, en el fuselaje del avión- entregada por Helen Espinoza, hija del Cabo de carabineros Vicente Espinoza, participante del histórico rescate. Además, se hizo presente el arriero Sergio Catalán, de 90 años, quien encontró a Parrado y Roberto Canessa en el paraje Los Maitenes, tras la extenuante caminata de 10 días que ambos emprendieron para cruzar la Cordillera por ayuda, y quien contactó el 22 de diciembre a los miembros del Servicio de Búsqueda y Salvamento para rescatarlos del macizo andino.
«Son 40 años de una amistad que crece cada vez más. Es una experiencia única en el mundo y me siento orgulloso de haber estado presente en cada edición de este encuentro. Ahora le pasé la posta a mi hijo, Francisco, quien juega en Old Boys», señaló Francisco Planella Ferrer, ex apertura y capitán de la selección chilena. «Es un verdadero testimonio de vida, que debe transmitirse a través de las generaciones», acotó Alvaro Mangino, otro de los 16 sobrevivientes (sólo uno de ellos viajó por tierra de Montevideo a Santiago por miedo a subirse a un avión).
El evento por la tradicional «Copa de La Amistad», comenzó con un partido que enfrentó a los actuales equipos de Intermedia de Old Boys ante el primer equipo de Old Christians, vicecampeón del torneo uruguayo, que se impuso por 71-14. Finalmente, el partido simbólico que jugaron los veteranos concluyó con un salomónico empate con dos tries anotados por cada equipo.
El viernes, cuando se conmemoró el segundo aniversario del rescate de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados en una mina de Atacama durante 69 días, los rugbiers uruguayos (son miembros de la Fundación Viven, creada en 2006 para difundir la historia y la memoria de sus protagonistas) fueron recibidos en una audiencia privada en el Palacio de la Moneda por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, a quien le obsequiaron una camiseta de Old Christian’s enmarcada en un cuadro, similar a la usada hace 40 años.
Vale recordar que el pasado 26 de febrero, Gustavo Zerbino junto con Alejandro Nicolich (su hermano Gustavo falleció en el alud que sepultó parte del fuselaje), Francisco Planella Ferrer, familiares y ex rugbiers miembros de la Fundación «Rugby Sin Fronteras» disputaron un partido y realizaron un sentido tributo a las 29 víctimas del accidente aéreo en las faldas del Glaciar de las Lágrimas.
Fuente Clarín