Sí, se trata de una operación. Pero el marco fue el quirófano. No habrá entonces especulaciones: políticas, institucionales, ni sociales. La única es que todo salga bien. Mejor dicho que siga bien, porque el paciente está desde hace más de dos horas en la habitación de la clínica. Estoy escribiendo a las 22 hs del miércoles 15 de mayo.
En el aséptico reducto, el cirujano con pulso firme y sin sacar la vista, dirigió el bisturí al punto mismo y abrió. En el paso siguiente, siempre sin sacar la vista, extendió el brazo y con voz muy clara ordenó; la/el auxiliar, también sin sacar la vista, completó el acto con la sincronía irremplazable. El instrumento ordenado estaba en sus manos. El cirujano avanzó. El equipo lo acompañó. Todos atentos. Todo bien. La sutura. Los camilleros.
El ligamento de la rodilla de mi nieto ha quedado listo para seguir. ¿Jugando? Sí, creo que sí. El decidirá. Lo inmediato es que Nicolás (M16), esta noche en la clínica será acompañado por Valentín (M18), su hermano. “No se hagan problemas” le dijeron a sus padres.
¿Yo? Estuve en mi escritorio leyendo una novela haciéndome el boludo.
Por Jorge Mazzieri, desde Córdoba, especial para Tercer Tiempo