Cada temporada, la esperanza entrerriana se renueva en el Seven de la República. Atrás queda el esfuerzo denodado de todo un año que implicó la continuidad de aquel proceso que comenzara a comienzos del 2010, llevando adelante entrenamiento cada mes y protagonizando distintos certámenes previos a éste, el más relevante de todos.
En el medio, hubo distintos obstáculos que esquivar, falencias por corregir y virtudes para destacar. Pero por encima de todo, estuvieron las ganas y el compromiso de un plantel que supo organizarse para alcanzar el éxito, el mismo que consiguiera quedando al borde del título el año pasado.
Con una conducción netamente eficiente, en Entre Ríos, más allá de las altas y bajas, se logró volver a tener amor por la camiseta, a sentir orgullo por ser parte del seleccionado de juego reducido provincial. Algo que es muy importante al tiempo de encarar cualquier desafío.
Hoy, en el marco del 30° Seven de la República, el conjunto de la UER tendrá en cancha a sus mejores exponentes. Germán Savio, Francisco Nin, Raúl Colliard, Juan Pablo Taleb, Juan Manuel Lescano, Juan Zabalegui, Franco Vartorelli, Fermín González Leites, Nicolás Coronel y por primera vez, Santiago Brugo, Hipólito Pérez y Francisco Taleb, serán los que asuman la responsabilidad de lucir los colores entrerrianos.
No será liviana la mochila que tengan que cargar estos jugadores ahora. El histórico segundo puesto logrado en el 2012 se torna como una meta a superar y en consecuencia el reto no es menor.
No obstante, las cosas se hicieron de buena manera amén de las adversidades, como la incertidumbre por la participación o no del capitán Lescano; las prácticas que contaron con poca presencia debido el Campeonato Argentino de Mayores; la baja de Martín Chiappesoni y demás.
Pero, por sobre todas las cosas, debe estar la tranquilidad de un paso dado con firmeza, en el que se acrecentó la base de jugadores y se le dio lugar a nuevos talentos.
Esta vez, la clave será no desesperar. No será necesario apuntar alto. El objetivo será continuar con bajo perfil y recorrer el torneo con sapiencia. Material como para hacer un papel decoroso, hay. No hay figuras, es cierto, ya que todos son obreros.
Sin embargo, como en cada comienzo, difícil será no entusiasmarse. La experiencia de un nuevo campeonato será lo que habrá que rescatar a priori. Sí, más allá de la ilusión que se lleve a cuestas.
Por Gabriel Baldi