El ranking mundial del IRB carece de ecuanimidad. Castiga a los que juegan con los mejores y premia a quienes en el año juegan con selecciones de segundo nivel. 

Argentina, que solo juega en las ventanas de Junio y Noviembre con selecciones europeas y en el Rugby Championship con los tres mejores combinados del mundo, lo pena en demasía si importar si perdió por 50 puntos o solo cayo por uno o dentro de lo que se considera bonus (7 o menos).

Así en los últimos 3 años fue cayendo del 6º lugar hasta el 12º de la semana pasada, penando con selecciones como Samoa, Japón, Fiji o Tonga, que casi nunca (por no decir nunca) juegan con los mejores, pero suman puntos por jugar entre ellas o con combinados menores. Italia es otro de los grandes perjudicados por el sistema.

Un triunfo, el del sábado ante Australia en Mendoza, le valió a Argentina situarse nuevamente entre los 10 mejores del mundo y a Australia perder el 3º lugar que ostentaba desde hace mucho.

Alguno podrá decir ahora “se hizo justicia” y no es así. Lamentablemente un ranking que nació mal y no se corrige seguramente le pasara factura a Los Pumas en breve. 

Este lunes esta así: Nueva Zelanda 92,60; Sudáfrica 90,41; Inglaterra 85,68; Irlanda 83,44; Gales 80,70; Francia 80,01; Escocia 77,75; Samoa 76,35; Argentina 75,97; Japón 75,63; Fiji 74,58; Tonga 72, 83; Italia 70,92; Georgia 70,54 en los quince primeros lugares.

Argentina volvió al top ten, como se le llama mundialmente, pero la espada la sigue acechando.

Por Manuel Arrías