Mai es una niña de Vietnam que gracias un programa de Child-Fund junto a clubes de rugby, vio su vida transformarse
A sus trece años, vive con sus abuelos en un pequeño poblado de la provincia norteña de Tan Lac; tiene problemas con su audición que la afectaban socialmente.
“Mai solía ser solitaria, sin amigos. En la escuela, al no poder escuchar lo que hablaban las niñas de su edad, solía estar sola en los recreos,» explicó su abuela.
Hace poco menos de dos años, la invitaron a jugar tag-rugby y recibir lecciones para la vida a través de ChildFund Pass It Back, la caridad principal de Rugby World Cup 2019. Esto cambiaría su vida.
Hoy, Mai juega en el equipo de tag-rugby Forest Flowers, y su vida diaria tuvo cambios significativos al poder hacer amigos y amigos; su confianza ha crecido.
“Mai tiene mucha más energía hora. Cuando está en casa quiere aprender más y para ello estudia; al terminar el almuerzo se ofrece a lavar los platos. También, se cuida mucha más,» agregó su abuela.
“Cambió su personalidad y Mai está más contenta desde que se unió al programa. Disfruta ir a los entrenos en su bicicleta. Algunos días pasa por la calle principal del poblado buscando si hay amigos que quieran jugar rugby. Al finalizar las sesiones, está de muy buen humor.»
ROMPIENDO BARRERAS
En su familia pensaban que debido a su problema de audición sería imposible hacer deporte.
“Cuando el entrenador del ChildFund Pass It Back la invitó, la dejamos ir porque iba a poder aprender algo nuevo,» dijo. «No habíamos visto a nadie en nuestro poblado con dishabilidades participar en actividades de equipo.»
Desde que se unió, Mai ha sentido un enorme apoyo de parte de compañeros y entrenadores. Cuando está con el equipo, se sienta al lado del entrenador para poder escuchar lo que dice.
Sus compañeros la cuidan y hasta buscan para ir a la escuela.»
“Cuando se unió al grupo en 2018, Mai solía estar apartada y no interactuaba con nadie,» comentó su entrenador, Thuy. «Aprendió más lento que el resto y solía caérsele el balón, lo que la frustraba.»
“Inicialmente, algunos jugadores no la querían en su equipo. Hablamos con ellos y los ayudamos a comprender la importancia de la inclusión. Desde entonces, han sido respetuosos y hoy consideran a Mai como un miembro más del equipo. Gracias a ellos, Mai tiene mucha más confianza en sí misma.»
‘ESTOY FELIZ’
Mai jugó su primer torneo en noviembre de 2018; inicialmente, por timidez, no se unió al equipo en el campo de juego.
Recién cuando un compañero la ayudó a ponerse el chaleco y los tags, Mai se sumó al partido.
Ingresar al campo de juego, con sus ganas y el aliente de entrenadores y compañeros la llenaron de confianza. Fue un punto de quiebre personal – Mai desarrollo mayor sensación de pertenencia, confianza y autoestima.
“Estoy feliz. Puedo ser parte del torneo. Antes pensaba que era solo para jugadores habilidosos y no era para mí,» dijo.
Doce meses más tarde y Mai era una jugadora activa y muy entusiasta.
Agregó Thuy: “Antes, Mai necesitaba mucho apoyo para comenzar una actividad o partido; hoy es igual al resto de su equipo.»
Los chicos con disabilidades suelen vivir desafíos significativos como resultado de la discriminación que les niegan el derecho de tener un rol activo en sus comunidades.
Con el apoyo de World Rugby y Asia Rugby, entrenadores del programa ChildFund Pass It Back están dando nuevos ejemplos en las comunidades, buscando activamente jugadoras como Mai, dando modelos de conducta a seguir. A través de sus acciones, demuestran que todos los niños y jóvenes, inclusive aquellos con disabilidades, tienen derechos que deben ser reconocidos y respetados. Este trabajo para establecer y reforzar los clubes de rugby ha generado una plataforma sustentable para ser más inclusivos y asegurar que los entrenadores y modelos a seguir pueden enseñar además del rugby habilidades críticas para la vida.
Las jóvenes como Mai tienen la posibilidad de enriquecer sus vidas y ser valiosas contribuyentes a su comunidad. Solo necesitan el aliento, la oportunidad y el respeto.
(World Rugby)
