Partió el paranaense César “Cabezón” Acosta, a los 72 años a raíz de un problema cardíaco.
Dejó un legado cargado de buenos ejemplos, no solo para el club de sus amores, Tilcara, sino para todo el rugby entrerriano, que tuvo el gusto de conocer a este ser excepcional, un enorme ser humano que el rugby pudo disfrutar.
El dolor comprensible, pero la alegría de haberlo tenido y compartido debe ser el común denominador en estos duros momentos, sobre todo para sus seres queridos a los cuales acompañamos y enviamos mucho afecto y fortaleza desde nuestro medio.
Cabezón en acción
Llegar y verlo daba gusto, escucharlo un placer.
Siempre presente, con memorias a flor de piel y para el momento que lo amerite.
Cuando el acontecimiento lo ameritaba, su dedicación era absoluta y su producción, impecable.
En sus ricas charlas, había historias con grandes mensajes, ni hablar para un Verde.
Desbordó con ejemplos vida, los que pregona el espíritu del rugby.
Ex jugador, entrenador, también dirigente, sobre todo tamaño “formador de personas”.
Considerado de los mejores entrenadores de forward de la provincia y la región, dicho por sus rivales.
Ejemplar, de los que toda institución desea contar por su amplitud, naturalidad, simpleza y humildad.
Su partida no es más que un mero viaje, el de todos. Perdurará por siempre en nuestro corazón.
¡Hasta siempre Cabezón!
En la memoria de muchos
Recordamos la dedicatoria de uno de sus jugadores, Javier Legarreta, que pudo vivenciarlo y tras oficiar de árbitro en un partido de juveniles, no hace mucho destacó y escribió Tercer Tiempo: «…En silencio, sigue mostrando el camino…»
(Foto: Jano Colcerniani – archivo, 2019 – reconocimiento a su enorme “trayectoria”)
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