La historia de Micaela Warnke, donde todo sacrificio tiene su recompensa

Con el paso del tiempo, el nombre de Micaela Warnke fue cobrando suma notoriedad en el rugby femenino entrerriano. Primero, al posicionarse con una gran proyección en su ciudad de residencia, Crespo. Luego, al comandar la mejor versión de un seleccionado provincial juvenil, como fue la cosechada en 2021. Y hoy, al ser una fija en el Atlético Echagüe Club, el equipo con mayores lauros de Entre Ríos.

Muchos conocen talvez los logros de ‘Mica’, aunque quizás no todos saben de su esfuerzo y dedicación para conseguirlos. En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, la joven nacida en Rafaela el 2 de diciembre de 2003 dio cuenta de su vida, su actualidad y sus anhelos, entre los que deja en claro que no percibe un día a día sin disfrutar del deporte al máximo.

DE MENOR A MAYOR

Rafaelina de nacimiento, crespense por adopción, Micaela Warnke comenzó jugando al hockey sobre césped, en Sunchales y recién, una vez llegada a Crespo -a los 10 años- se sumó al rugby. “Primeramente había un equipo Municipal, pero solo de Mayores. Sin embargo, me gustó empecé a jugar a dar mis pasos iniciales en el deporte ahí, siendo juvenil. Después se armó un equipo en Unión, que se terminó disolviendo. Por lo que me fui a Cultural y después arribé a Echagüe, donde hoy felizmente me encuentro”, contó ‘Mica’, hija de Iván y Silvana y hermana de Macarena (24).

Su familia conoce de esfuerzo y trabajo, por lo que lo propio le inculcó a ella. Su mamá es maestra de nivel primario y viaja todos los días de Crespo a Paraná, donde trabaja. Lo mismo hace su hermana, que es maestra jardinera. Su papá en tanto, es metalúrgico y se desempeña en una industria en Crespo.

Tras el arribo superar su etapa de rugby juvenil, Micaela vio como la opción más viable para seguir vinculada a la ovalada, la de viajar hasta la capital entrerriana y defender los colores de Echagüe. Por lo tanto, Paraná la encuentra de dos a tres veces a la semana para practicar o jugar.

“Es un esfuerzo grandísimo, tanto en el plano personal como en el familiar. Pero todo sacrificio tiene su recompensa y día a día el rugby me devuelve todo lo que voy dando, con la alegría de participar en cada entrenamiento o en cada partido, a través de mis amigas y compañeras de equipo así como de equipos rivales.

Mica, con la casaca de Cultural.

PROYECCIÓN

Su pasión por el deporte en general es tal, que una vez terminado el colegio secundarios decidió estudiar Profesorado de Educación Física, en Diamante. No obstante, la dedicación por su futura profesión la pone en práctica en algún modo, con su propio ejemplo.

“Ya voy por tres años en el seleccionado provincial y éste sería el cuarto. Amo defender la camiseta de Entre Ríos. El 2021 fue mi gran año, junto al seleccionado juvenil. En 2022, si bien tuve una lesión grande, también pude estar. Y esperemos también pueda estar esta temporada y alcanzar el Seven de la República”, confesó.

“Ahora mi objetivo individual pasa por estar en un nuevo Inter-Academias, en julio. Sería otro nivel al que quisiera llegar. Sé que tengo las condiciones y puedo llegar, así que será cuestión de dejar todo hasta lograrlo”, dijo.

“Mis amistades externas al rugby me dicen que soy una loca, por todo este esfuerzo que realizo. Por suerte en el club nos acomodaron los horarios para que las chicas que no somos de Paraná podamos asistir. Lógico que no es tan sencillo como suena para mí, ya que por ejemplo un jueves, tengo que ir a la facultad en Diamante, después volver a Crespo y luego viajar nuevamente hasta Paraná. Y lógicamente, se termina tarde y al otro día volvemos a arrancar temprano. Pero el sacrificio tiene sentido y mi familia también lo disfruta. Además, se va gestando bien el año y seguimos, en cuanto a Echagüe se refiere, preparándonos para alcanzar otro nivel. Ya sea el Torneo Regional del Litoral Femenino o el Nacional de Clubes.

Antonella Reding y Micaela Warnke, reunidas en la despedida 2021 de Tercer Tiempo.

-¿Crees que la cantidad, va de la mano con la calidad en el rugby femenino entrerriano?
-Creo que si bien hay más chicas que juegan, que antes, hay que mejorar el nivel, ya sea en los clubes y de la mano del CEDAR de la UER (Centro de Alto Rendimiento de la Unión Entrerriana de Rugby), que podría ser abierto. Creo que el foco se debería poner ahí. Pero eso ya no depende de nosotras, por lo que es importantísimo que se hagan buenas elecciones para arribar a los objetivos que se planteen desde la UER.

-¿Como te ves a futuro en el deporte?
-Me gustaría seguir disfrutándolo, en todo momento. El rugby es como una gran familia y todo va de la mano. Hoy se puede jugar y mañana, talvez vincularse desde otro lado. Quizás de grande no me enfoque tanto en lo competitivo, pero si en las ganas de divertirme a través del deporte. Y siempre de la mano de Echagüe. Me sentí parte del equipo desde un principio, desde que llegué me hicieron sentir muy bien. El plantel tiene muchas referentes, como Anto (Antonella Reding), Angie (Montaña), Jose (Joselina Bitar) o Meli (Melina Cornejo). La base es muy amplia. Tenerlas a ellas es grandioso. Se aprende a diario. No miro mucho rugby internacional ni nada por el estilo. Me fijo en quién tengo cerca y en ese caso, creo que Antonella Reding es una gran referencia tanto en lo deportivo como en su carácter de líder, por cómo es, cómo se maneja y cómo se expresa.
Hoy, Micaela Warnke se guía por sus compañeras mayores, del modo en el que, de seguir por el camino en el que va, la observarán a ella quienes asuman sus mismos roles a futuro.