¿Qué hubiese sido del presente de Los Pumas si aquel 25 de septiembre del 2011 en Wellington, el seleccionado nacional registraba una caída frente a Escocia, en el marco de su tercer partido en la Copa del Mundo?. Gabriel Baldi, Tercer Tiempo
En aquella fría y lluviosa noche en la capital neozelandesa se ponía en juego no solo el pasaje a Cuartos de Final del Mundial, sino también, gran parte del futuro de nuestro rugby.
Quienes tuvimos el privilegio de cubrir periodísticamente ese mítico encuentro disputado en el Westpac Stadium, dábamos cuenta en la previa al mismo que Argentina no tenía frente a sí un partido más, sino que debía afrontar un choque importantísimo, que de resultar positivo, cobraría con el correr del tiempo una mayor trascendencia. Finalmente, así lo fue.
El conjunto inglés había tomado una leve ventaja en las posiciones de la Zona B y tanto Los Pumas como Escocia -segundos en discordia- habían dejado ciertas dudas en sus dos primeras presentaciones: ante Inglaterra y Rumania, por el lado nacional y contra Rumania y Georgia, por parte de los europeos. La tercera, sería la vencida para uno de los dos equipos.
Ninguno llegaba ese sábado en su plenitud y una victoria era vital por donde quiera que se la mire.
El cotejo no fue bueno y el marcador cambiante. Las imprecisiones producto de las inclemencias climáticas y por causa de los nervios de los protagonistas, reflejaron un match chato desde lo técnico aunque sumamente emotivo desde lo pasional.
La tensión, la ansiedad y la inquietud fueron el común denominador del juego en las tribunas y el palco de prensa.
Tras mucho resistir, la balanza pesó más a favor de Argentina y un try, hoy histórico, apoyado por Lucas González Amorosino a los 73’, hicieron dar rienda suelta a la locura y la alegría por parte de los fanáticos del rugby argentino, que tras continuar sufriendo en los minutos de cierre, pudieron cantar victoria en el final.
Hoy, a un año exacto de esa conquista, el triunfo toma una mayor dimensión.
Ese inolvidable 13 – 12 sobre Escocia posibilitó que Argentina clasificara a la siguiente instancia mundialista y que las puertas de un sueño puedan empezar a abrirse.
Ese sueño, fue consiguiéndose de a poco. Se llama Rugby Championship. El ansiado torneo regular anual que buscaban Los Pumas y que en parte, encontraron gracias a ese triunfo clave, obtenido hace exactamente un año atrás.