Del Rugby Championship, referatos y otras yerbas

Qué campeonato apasionante el de este año. Primero porque convoca a nuestros Pumas por primera vez en la historia y segundo porque tenemos posibilidades de ver a estos monstruos una vez por año y bien de cerca.

Como árbitro y como dije en alguna de mis columnas, me cuesta siempre ver completo el partido, porque en algún momento del mismo me quedo clavado viendo la ventaja que dio el referee o el forward que no vieron… y digo no vieron porque el equipo siempre es de tres (cuando los referees tienen posibilidades de ser tres)

Con la tecnología actual: sofisticados intercomunicadores, repetición a través de la TV con el video-ref, apoyo técnico, etc, más cinco hombres en total (principal, dos jueces de touch más cuarto y quinto hombre-y a veces dos jueces de ingoal como en Francia-), hace que sea muy difícil que se cobren en situaciones extraordinarias, cosas que no fueron.

Pero durante el partido y en las circunstancias más complejas,  el árbitro siempre está solo. Y es el único responsable de todo lo que suceda en un campo de juego.

Al nivel de este torneo, los que lo dirigen -como dije antes- son los mejores del Planeta, refereando a los mejores jugadores del Mundo y hemos tenido la oportunidad de verlos en acción.

Pero ¿qué pasa, cuando uno de ellos se equivoca?

El nivel de análisis que requiere un evaluador es absolutamente milimétrico. No sirve analizar una circunstancia que pudo haber sucedido, sino lo que sucedió y como reaccionó ese árbitro en ese instante.

Sabemos que se tiene en cuenta que la reacción de un individuo que toma decisiones muy precisas y con muy poco tiempo y genera alguna controversia la misma y siempre se le brinda el beneficio de la duda a aquel que lo hizo en tiempo real.

Un árbitro de primer nivel toma una decisión cada seis (6) segundos –sí, no me equivoqué, ¡cada 6 segundos!!-

También sabemos que es mucho más fácil analizar situaciones  desde afuera del campo de juego sin ningún tipo de presiones y con todo el tiempo del mundo, incluyendo la tecnología.

Para cambiar un poco la óptica, hagamos un análisis entre un árbitro del Top Ten mundial y alguno de nuestros queridos y sufridos colegas de todos los sábados.

Los Top Ten viajan en primera clase de los aviones y se alojan en hoteles 5 estrellas y viven de esta profesión (¡y muy bien!!)

Los nuestros cuando van al Grupo IV, pueden ir en el bondi, tren o en su autito y deben retirarse rápido cuando anochece para volver a su casa.

Los Top dirigen solamente en Mundiales, Seis Naciones, Championship y/o Super Rugby.

Los nuestros dirigen todo lo que pueden y adonde los manden (siendo Top 14 o G IV), incluyendo juveniles los domingos para juntar unos pesos que contribuyan a su economía.

Los Top reciben equipos de entrenamiento, bolsos y elementos para cada partido.

Los nuestros cada año… ¡y cada vez que sea posible!!

También debemos reconocer los distintos niveles que se juegan: Pastrana cuando dirigió Súper Rugby corrió 12 km y en un clásico del Top 14, solo 5,5 km.

Los números de lo que gana cada cual es imposible de saber,  en cambio de los nuestros es fácil suponer.

Sin los árbitros, no se podría jugar ni el Mundial, ni el Championship, ni el Súper Rugby, pero tampoco Grupo IV, Top 14 o una M15.

Qué quiero decir con ésto, que para el Rugby son tan importantes unos como otros, que son especiales en lo suyo, porque más allá de saberse vitales, saben también que su mejor partido lo referean, cuando pasan desapercibidos.

Y éste  – en definitiva- es un pequeño homenaje a nuestros colegas, que van a todas, en circunstancias que no siempre les son favorables, en lugares no siempre amigables, en canchas que han hecho muchos clubes con el fervor y dinero de sus dirigentes (¡igualito que en el fútbol!!).

Que viven con pasión cada designación sea donde fuere, como si fuese la final de la Heineken Cup y que los lunes a la noche están ansiosos de saber donde van y ahí preparan su bolso a sabiendas que hay treinta individuos esperándolos para poder jugar al Rugby.

Que muchas veces son insultados por individuos (como me tocó ver en Pumas AllBlacks) que no tienen la menor idea de lo que se cobró, pero por las dudas protestan y que creen que los únicos que saben y entienden son ellos y que el que está en el medio de la cancha, está ahí para perjudicar a tu equipo.

Qué poco nos conocen… pero no importa, seguiremos haciendo lo que hacemos, con el amor y la pasión que le ponemos, estando adentro o afuera de la cancha, hasta el final de nuestros días.

Hasta la próxima.

Guillermo A. Nervi

 

NdRArtículo publicado en la revista Rugby Champagne y que Willy gentilmente hizo llegar a Tercer tiempo

 

Opinión

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