El chajariense Pizzio y un cara a cara inolvidable con el mismísimo Fabien Galthié

El rugby, a veces, regala momentos que trascienden el marcador, el resultado o la propia competencia en juego. Momentos que quedan tatuados en la memoria de quienes los protagonizan, y que confirman que el esfuerzo, la constancia y la pasión por este deporte pueden conducir a lugares impensados. Uno de esos episodios acaba de vivirlo Franco Pizzio, el jugador chajariense surgido en el Club Curiyú, quien mantuvo un mano a mano inolvidable con Fabien Galthié, el entrenador del seleccionado mayor de Francia y un ícono en el rugby de su país.

El hecho ocurrió el pasado fin de semana, en el estadio Lucien Desprats, de la ciudad de Cahors, durante un encuentro trascendental del Federal 2 francés, la sexta división nacional. Allí se enfrentaron el equipo local, Cahors, y el Bergerac, donde Pizzio disputa su segunda temporada. El duelo no era uno más: el primero y el segundo del Grupo 7 se jugaban el liderazgo, con ambos equipos ya clasificados a la siguiente instancia.

El resultado final fue favorable a los locales por 32 a 10, pero más allá del resultado, lo que quedó en la retina del entrerriano fue el momento posterior. Apenas terminado el encuentro y ya en el vestuario, todavía digiriendo la derrota, Pizzio vivió uno de los instantes más importantes de su carrera deportiva.

“Había terminado el partido. Yo estaba en el vestuario frustrado por la derrota. A los pocos minutos veo que alrededor de una persona que venía caminando por los pasillos había mucho murmullo, aunque no percibía quién era. De repente, esa persona se sienta al lado mío. Era el mismísimo Fabien Galthié y yo no lo podía creer”, le contó el pilar a MIRADOR ENTRE RÍOS.

El entrenador francés, de gran actualidad con el seleccionado galo, tuvo un breve pero potente diálogo con el jugador argentino. “Escuchar lo que me dijo Galthié fue de los mejores cinco minutos de mi vida deportiva. Lo que me dijo quedó solo para mí, nadie lo testimonió ni grabó, pero yo no me lo olvidaré más”, sostuvo el jugador.

Según relató Pizzio, el DT galo comenzó preguntándole si él era el número 3 de Bergerac. “Le respondí que sí, que juego como pilar derecho y también puedo hacerlo como izquierdo. Cuando me escuchó hablar, también me preguntó, con tono de reafirmación, si era argentino. Seguramente se habrá dado cuenta por mi rudimentario francés”, confesó entre risas.

Más allá de las formalidades, Galthié no ahorró elogios para el jugador nacido en Chajarí: “Me dijo que me vio bien durante el partido y que se nota mi fortaleza física. Que no esté triste por la derrota y que debo seguir adelante. Siempre el local, ante su gente en Francia, tiene un gran plus, fundamentalmente desde lo anímico”.

DE CHAJARÍ AL RUGBY FRANCÉS

Franco Pizzio tiene 28 años, es pilar y se formó en Curiyú, donde jugó desde infantiles hasta juveniles. Su potencial lo llevó a vestir los colores del seleccionado juvenil entrerriano, y más tarde a instalarse en Santa Fe, donde tuvo un importante paso por CRAI.

En 2022, Pizzio decidió dar el salto y probar suerte en el rugby europeo. Su primera experiencia fue en el CSM Gennevilliers, en las afueras de París, y en 2023 recaló en Bergerac, ciudad del suroeste francés donde hoy cumple su segunda temporada. Allí, además de competir al más alto nivel del Federal 2, ha ganado reconocimiento por su entrega, su potencia y su regularidad.

Hoy, en plena madurez deportiva y con los pies bien plantados en el Viejo Continente, Franco vive una etapa de consolidación. “Es una experiencia muy enriquecedora, tanto desde lo deportivo como en lo personal. Adaptarse a un país distinto, a otra cultura, a otro idioma, también te forma”, aseguró hace algunos meses.

UN FARO PARA LOS QUE VIENEN 

El episodio vivido con Galthié no es solo una anécdota. Para quienes lo conocen desde sus primeros pasos en el club de Chajarí, este reconocimiento es la validación de una trayectoria hecha a pulmón, desde el interior entrerriano hacia uno de los centros más competitivos del rugby mundial.

También se convierte en una señal para muchos jóvenes que sueñan con llegar lejos: el trabajo, la humildad y la constancia dan frutos, incluso si el camino es largo y no siempre visible. Franco Pizzio, con su historia, se vuelve un espejo para los chicos y chicas de Curiyú, del rugby provincial y de toda la región.

Porque a veces, en medio de un vestuario silencioso tras una derrota, el rugby decide recompensarte con un gesto inolvidable. Esta vez, fue la voz de Fabien Galthié la que vino a susurrar que todo vale la pena.

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