El juego de backs

Ahora nos ocuparemos de lleno a los tres cuartos, backs…

… o ‘la línea’(término más viejo, pero aún vigente), o menos oído, ´defensores´ (seguramente por ser un concepto demasiado reduccionista y surgido más como contraposición a forwards o ‘delanteros’ que por genuino), ya que en la práctica, en el partido, los 15 en realidad atacan y defienden.

Si bien no se habla de pack (como para el caso de los forwards) por su disposición natural en el campo más desplegada que compacta, de más bien cubrir espacios, distribuidos tácticamente y posicionalmente en post de ese objetivo , el conjunto de los siete backs tiene como características resaltantes, las siguientes: el juego de manos, la velocidad tanto en el pase, como de cabeza y de piernas, y esa suma de habilidad, potencia e inteligencia plasmada en la toma de decisión a través de las distintas jugadas y sistema de juego escogido, que complementando el accionar de los forwards (a lo cual ya le hemos dedicado varios capítulos) viene a completar el entramado de un juego tan bien concebido originariamente como lindo, completo y atrapante una vez puesto en práctica.

El hecho de ver ‘volar’ la pelota ovalada de jugador en jugador, de mano en mano, y a una velocidad de piernas considerable es, por sí mismo, un signo de diferenciación y, en ciertos casos, de hasta excelencia deportiva, ya cuando se alcanza un nivel superlativo de ‘explosión’, coordinación y ductilidad tal (distintos tipos de pases, ‘redobles’, salteos, entradas en falso, cruces, sutilezas con el pie, amagues, ‘desbordes’, piques, quiebres de cintura o ‘fintas’, apariciones repentinas, ….), que el esfuerzo y capacidad del equipo defensor no logra pegar ese tackle o tackles para frenar tal avance, sólo porque el mérito y cuasi perfección del movimiento ofensivo lo tornan simplemente imposible.

Decía el sencillo hecho de verlo como espectador o ahora con la impecable imagen HD que ofrece la televisación actual, pero ni qué decir de la posibilidad de ser protagonista adentro de la cancha, más allá del nivel que fuere, con sus amigos y en M-9, M-16 o en primera y/o en algún seleccionado.

Qué postal cuando la obtención (por parte del pack de forwards) es limpia, clara, y esto le permite al medio scrum (número 9, primero de la línea de backs y nexo entre forwards y tres cuartos justamente) sacar un pase ‘de libro’, recto, rápido y a la carrera del apertura (n°10), lanzando de esta manera a toda esa línea que viene ávida de recibir la pelota, de participar del juego, ya con la jugada predicha y la oportuna comunicación entre medios (9 y 10) que se hizo extensiva al resto del equipo (el 9 les ‘sopla’ el código, canal y/o intención o idea a los forwards y el 10 a los backs) para así desplegar el juego, el abanico de variantes, carreras (algunas ‘torcidas’ para, al recibir el pase, enderezar de golpe), pases, amagues, uso táctico del pie, juego con y sin la guinda, etc. Más allá de que el propósito de esa jugada puntual sea el de agrupar a la defensa rival para después desnivelar por diferencia numérica, por afuera; el tratar de primero abrir el juego, después ‘cerrarlo’ y en base a cómo se va reposicionando o va quedando ‘mal parado’ el equipo rival, determinar el eje (profundo o lateral) para continuar con la nueva fase ofensiva; usar el pie poniendo una pelota ‘a las nubes’ para que carguen sobre todo los centros y algún que otro back o forward; intentando jugar con el wing del lado cerrado cerca, pero no tanto, de la formación antecedente, y con la colaboración y seguimiento cercano de la tercera línea;………………

Cuántas variantes, cuántas opciones de juego, de ataque, ofrece el rugby, en particular mediante los tres cuartos, al tener éstos, ese panorama, ese espacio, y las condiciones necesarias o en potencia, para sacarlas a relucir adentro de la cancha en el momento oportuno. Cuando el apertura ‘canta´ la jugada se prende esa chispa adentro del jugador, empieza a acumularse esa adrenalina, esa expectativa mayúscula de participar de la mejor manera de la acción planificada y ensayada durante la semana, durante meses, tal vez durante años, todo ese tiempo dedicado, esa insistencia y práctica previa para que ésta termine de la mejor manera durante el partido, en try!.

Las destrezas básicas bien enseñadas y estimuladas durante las edades tempranas en que el jugador se inicia en este deporte son parte fundamental del aprendizaje. El niño que aprende a pasarla para sus dos costados, que incorpora el correr derecho (con y sin la pelota), que se habitúa a tomar (recibir el pase) y casi en el mismo paso (a la carrera) lograr transmitirla (lo que se conoce como ‘tomar y dar’, fácil y muy rápido decirlo o escribirlo, no tanto aprenderlo y hacerlo, pero de lograrlo, determinante para el desarrollo del juego y su continuidad), la toma de ciertas decisiones simples como el 2-1, el 3-2, el hecho de estar en extrema defensa y hacer uso del pie para descomprimir la situación de presión, pero también enseñarle a ‘leer’ la cancha al chico para que sepa determinar por ejemplo, si la pelota viene ‘rápida´ y el equipo rival no está bien parado en defensa o está en inferioridad numérica no importa el lugar de la cancha y se puede animar a jugarla aunque sea desde su propio ingoal (porque hay que enseñarle a jugar desde chico, no a especular, mezquinar, asegurar el resultado y todas esas cosas que distan de ser destrezas básicas o enseñanzas nobles detrás de los propios principios del rugby). Empezar a estimular conceptos como el de visión periférica (podría discutirse si esto es una destreza básica o ya un poco más específica, pero por eso digo empezar a….., no algo que ya vaya a dominar a los 10 años!), el de jugar siempre con la cabeza levantada (en esto a los jóvenes sobre todo a los números 9 y 10 se les machaca y recalca todo el tiempo) cosa de ya tener el panorama antes de recibir la pelota (lo que va a facilitar la toma de decisión una vez en posesión de la misma), ya más grandecitos el hecho de mantener cierta concentración (la adolescencia, los 16, los 17, te la regalo! en este sentido). Un buen apertura aprende con el tiempo, con la experiencia (aunque algunos ‘tocados’ ya lo vislumbran desde muy chiquitos), a lo que se le llama ‘abortar’ la jugada predeterminada al ver sobre la marcha o bien que va a mandar al muere a un compañero (que se ‘coma’ un fuerte tackle al leer y/o adivinar la jugada el rival) o bien que se abre otro canal (‘hueco’) en la defensa por otro lugar distinto al preseleccionado antes de estar la pelota en juego. También el (buen y racional) uso del pie se les va explicando y estimulando desde chicos a los rugbiers que rápidamente apreciamos como van asimilando todos estos conceptos, que más de grande ya van a poder darse cuenta y agradecer cuán valiosos fueron todos esos repetidos o más o menos divertidos entrenamientos/ejercicios formativos.

Puede haber tantas jugadas, combinaciones, opciones de juego en el rugby en general y para el juego de backs en particular!. Concebidas naturalmente de la decisión de los ‘estrategas’ del equipo, los medios (el 9 y el 10), vemos salir de sus manos pases formidables (algunos, de varios metros), salteos, ‘zetas’(muy común el 9 dando una primera puntada con algún ‘gordo’, éste después de dar un par de pasos hacia adelante se la devuelve hacia atrás al medio scrum para ya sacar un pase o bien al apertura que sobre la marcha se fue alejando, siempre manteniendo una profundidad relativa a lo que se pretenda con dicha jugada, o bien al wing ciego que aparece por la espalda de otros ‘menos profundos’, buscando abrir el juego hacia la otra punta), ‘equis’, pases por delante o ‘haciendo espalda’ de otros compañeros (de éstos, se dice que entran ‘en negativo’, en ‘falso’, a toda carrera y pidiéndola o no; es cuando hablamos de la importancia de enseñar/y aprender a jugar sin la pelota también), tal vez tirando un sombrero a espaldas de una marca muy de punta, que ya la percibe por el rabillo del ojo (destreza particular a la que se denomina visión periférica) muy encima de sus centros y/o wing ciego que por enésima vez se entrevera entre éstos (ese apertura con un ‘sentido del olfato’ único y que se da cuenta de eso, ahí, en ese preciso instante en el que a su vez decide ‘abortar´ la jugada, justamente ensayando dicho kick). La aparición desequilibrante del full back (n°15) generalmente entre el segundo centro (o centro más externo, 12 ó 13 según el lado de la cancha que se trate) y el wing, o también y como variante, entre los centros que le arman el ‘hueco’(en una jugada entran wing ‘cerrado’ y full back entre los centros), marcando un cambio de ritmo notorio al tomar la pelota a máxima velocidad y con una potencia características del puesto, y que una vez que gana la espalda, que quiebra esa primera línea de defensa, ya sabe (porque ya venía mirando la posición de compañeros y rivales) si apenas irrumpe tiene que trasmitirla al wing abierto que también ‘ganó’ las espaldas (lo que ya le está dando una considerable ventaja en el desarrollo de la jugada que empieza a tomar color de try), o en su defecto, seguir él trasladando la pelota hasta ‘tomar’ la marca y dar un dos uno hacia afuera (siempre la primera opción a sabiendas de que la marca tiene más probabilidades de recibir un apoyo interno que externo) o en caso de buena cobertura defensiva, ‘meterla’ adentro a ese wing que había entrado, despistando marcas, a la par de él o a un tercera línea/apoyo infaltable para un back ‘cortado’……. y así tornándolo de lateral a profundo (al eje o plano de ataque)……….Hasta acá hemos tratado de describir algunas de las tantísimas jugadas y/o combinaciones de los backs, haciendo referencia de paso a un aspecto crucial del juego, la toma de decisión, previamente (‘cantando’ una jugada contemplando la ubicación en la cancha, si se está en una posición más bien defensiva u ofensiva, teniendo en cuenta probablemente el resultado, el viento, fortalezas y debilidades propias y del rival, etc.), y tal vez lo que sea más difícil y en dónde se destacan ‘esos’ jugadores , la toma de decisión ‘sobre la marcha (porque, ya lo hemos comentado anteriormente, los rivales también piensan, ‘leen’ el juego y por su puesto tacklean, pescan, interceptan, recuperan,…..). Como podrán darse cuenta, comprobar o ratificar una vez más: QUÉ LINDO ES EL RUGBY BIEN ENSEÑADO/APRENDIDO, Y BIEN JUGADO!

Párrafo aparte para la alternativa que brinda el hacer uso del pie, destreza que debe ser enseñada y encauzada desde chico (no podemos negar que la mayoría antes de acercarnos por primera vez a una cancha de rugby, ya habíamos jugados varios picados en el barrio, escuela,….). Digo encauzada porque ni hay que estigmatizar al joven como que si la patea poco menos que lo saco de la cancha y que es un fobalero que no sé qué….., ni tampoco incentivar/promover el abuso por su puesto (más de grande conocido como ‘juego serrucho’ que en definitiva se traduce en un mezquino juego de 9 ó 10 jugadores). Explicar, ejemplificar en los entrenamientos distintas alternativas del juego o partido: cuando se está en defensa (en campo propio, por algo el reglamento permite despejar directamente afuera desde adentro de nuestras 25), que la patada puede ser ofensiva también (esto hay que estimularlo mucho, más con la marca tan arriba que se ve cada vez más y la cual es muy difícil que no deje ‘apuntables’ espacios a espaldas para ‘aprovechar’ por su puesto haciendo un ‘fino’ uso del pie, porque si no estaremos entregando la pelota (que también hay que remarcarle a los pateadores que tanto cuesta conseguirla, que no es cuestión de desprenderse así porque sí). El ‘sombrerito’, el ‘rastrón’ (Kick más o menos corto por el piso), la patada que busca el touch y por su puesto la patada a los palos, son algunos de los modos o formas más usadas o vistas en este juego. Y cada una tiene su propósito, su objeto, bien definido. En la toma de decisión oportuna y por su puesto en su ejecución está el asunto, y por lo general, la eficiencia en el uso de este recurso, tiene mucho peso, mucha incidencia en el resultado final (sobre todo los envíos a los postes, que suman de a tres o dos según los casos). Ya será tiempo de dedicarle más espacio a este importante aspecto del juego.

Por otra parte, en el rugby moderno es cada vez más común ver en las distintas acciones del partido que se entremezclen forwards y backs, desempeñándose prácticamente de igual forma, haciendo gala de la polifuncionalidad alcanzada por del jugador actual (al punto de que, en muchos casos, si uno no les conoce y no les ve el número, difícilmente pueda determinar su puesto). Esto multiplica aún más, diversifica aún más el generoso mapa del sistema de ataque que puede usar de ‘guía’ (hoy en día) un equipo de rugby.

El back que recibe la pelota a la carrera (y que con el tiempo fue aprendiendo todo esto) puede hacer, generalmente, tantas cosas con la misma, tiene tantas opciones de juego que no hay forma que se diga que el rugby no es un juego divertidísimo, variado, con muchísimas combinaciones de habilidades, conocimientos, destrezas, aptitudes físicas y demás, siempre volcadas para y por el bien de su equipo, de los otros 14 adentro, más los que estén afuera esperando su turno para entrar, del que está lesionado y para el que acompaña al grupo (por el motivo que sea) más con el sentimiento que con el físico o su juego, pero que por sobre todo, también es amigo!

Ah, y no nos olvidemos por favor los jugadores, que los tries no se festejan! (aunque lo haga quien lo haga, sabemos que siempre hay buenos y malos ejemplos más allá de que estemos viendo la final del mundo). Y los árbitros, no nos olvidemos que hasta se puede llegar a no convalidar un try ante una acción marcadamente anti deportiva, contraria al espíritu del rugby (o arrancar con penal en contra según la ponderación del caso).

Muchas gracias por leer estas líneas y no se olviden de hacernos llegar vuestras dudas, inquietudes, consultas, observaciones.

 

Por Mariano Lemoine, desde Mendoza, especial para Tercer Tiempo –  marianolem@hotmail.com

Opinión

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