La historia del uruguayense Marcos Delorenzi, es una de esas tantas de aquellas personas que alcanzan sus sueños. Nada más gratificante que transitar el día a día con la satisfacción del deber cumplido, de recorrer un camino con la alegría de transformar una pasión en un trabajo cotidiano.
Para este gigante de 1.93 de altura y 120 kilos, el rugby lo es todo y hoy, tal como desde hace seis temporadas, lo disfruta al máximo en Italia.
Entre Ríos puso el ojo sobre el segunda línea formado en el Club Universitario de Concepción del Uruguay (CUCU) allá por 2014, cuando el forward que por entonces se desempañaba para el Club San Carlos, en la segunda categoría de la URBA, fuera parte del seleccionado provincial que disputó el Campeonato Argentino de Mayores. Por su porte físico, dinámica y corta edad de la época, no era necesario ser adivino para aventurar que el entrerriano podría llegar hasta donde él mismo se lo proponga.
Delorenzi, de 32 años, hijo de Claudia y Héctor, hermano de Vanesa, Rocío y Luján, selló días atrás su vínculo con el ASD Pesaro, elenco que milita en la Serie A del rugby italiano.
«Con el entrenador actual del Pesaro nos conocíamos hace varios años y teníamos muy buena relación. Él siempre me invitaba a que formara parte de sus equipos. Siempre nos mantuvimos en contacto», expresó en declaraciones a Tercer Tiempo.
«Ahora, él asumió en este nuevo club y yo, este año concluí mi contrato con el Lazio. Me interesaba el proyecto, aunque también estaba trabajando muy bien y muy tranquilo en Roma, desde mi profesión como Personal Trainer, con mi estudio», agregó.
«Ahora llevé adelante un arreglo muy satisfactorio, en el que me pagan por partido, coordino algunos aspectos del line y el scrum, me entreno por mi cuenta y viajo a jugar. La verdad que es una linda realidad la del rugby en Pesaro, quizás algo más amateur a lo que venía jugando pero que se acerca a la vez más al rugby argentino. Además, está ubicado en un muy lindo lugar de costa», contó.