El plantel del Seleccionado Nacional recibió a Diego Elías, jugador de rugby que sufrió una lesión cervical hace 20 años y quedó cuadripléjico. Tercer Tiempo
La pizarra con las actividades marcaba reunión para las 20:15. Parecía una actividad más dentro de la rutina del plantel de Los Pumas, sin embargo, esa reunión sin dudas no sería una más.
El salón del primer piso del hotel Catalinas se fue colmando con los jugadores y el staff del Seleccionado. Ahí estaba el hombre, sentado del otro lado, siendo él el centro de las miradas y teniendo como público a aquellos que él iba ver jugar. Diego Elías, ese ejemplo de vida, que quizás muchos no conocen, se puso delante de Los Pumas y dio una lección de esfuerzo, perseverancia y por sobre todas las cosas de esperanza.
Formado en el club Universitario de Tucumán, Diego sufrió un accidente en la columna durante un partido cuando tenía 19 años, el 13 de marzo de 1994. Con pronostico desalentador y corriendo mucho riesgo para perder su vida, este tucumano afrontó infinidad de intervenciones quirúrgicas, con el solo objetivo de seguir viviendo y tener una vida mejor. Hoy es abogado, mediador y escribano, demostrando una vez más que cunado se quiere, se puede.
Su historia, reflejada en el libro Corazón de Atleta, escrito por el periodista tucumano, Tomas Gray, relata como la voluntad de un hombre puede conseguir lo que uno se proponga. Apuntalado siempre por su papá, Antonio, Diego acaparó la atención de jugadores y cuerpo técnico, quienes quedaron conmovidos por su relato y aplaudieron de manera sostenida al gran protagonista de la charla.
La foto final y la invitación para Diego, su Papa y sus amigos, para que compartieran la cena con el plantel, fue el mejor tercer tiempo que todos podían darse. El agradecimiento sincero por parte de los capitanes, Tomás Cubelli y Martín Landajo, cerró una velada que sin lugar a dudas, quedará en el recuerdo de todos Los Pumas que lo admiran.
(Prensa UAR)