Ya inserto en la realidad del Montpellier Hérault Rugby, Nahuel Lobo contó sus experiencias en el competitivo Top 14 francés. El chajariense, habló de su presente y sus expectativas en Europa. “La verdad es que no puedo creer lo que estoy viviendo”, resumió el ex pilar de Estudiantes. Gabriel Baldi, Tercer Tiempo
Aunque lejos de su familia y de sus seres más queridos, la vida le sonríe a Nahuel Lobo. Y es que él se lo merece…
Con un gran sacrificio, el jugador nacido en las canteras de Curiyú de Chajarí alcanzó con tan solo 21 años el rugby profesional y hoy, defiende los colores del Montpellier Hérault Rugby, entidad en la que ya debutó hace quince dos semanas, vistiendo por primera vez la casaca número 1 del equipo, el pasado sábado ante el Castres.
En conversación con Tercer Tiempo, el ex primera línea del Club Atlético Estudiantes revivió parte de sus primeros días en Francia y la experiencia desde lo personal, que significa entrenar en el primer nivel. “Mi sueño siempre fue estar en Los Pumas. Eso fue lo que siempre tuve en mi mente y ojalá algún día se me dé, pero mientras tanto, tengo la responsabilidad de mostrar que estoy para mucho más en Montpellier y poder seguir sumando minutos”, señaló Lobo.
-¿Cómo fueron tus primeros días en Francia?
– Apenas llegué a Montpellier, hubo un manager del club que habla un poquito de español que me estaba esperando en el aeropuerto y lo primero que me llevó a conocer fue el estadio. En ese momento, no podía entender nada de lo que estaba viviendo. Se me ponía la piel de gallina en todo momento: al ver el estadio por fuera y sin dudarlo, al haber pisado la cancha por primera vez.
Igualmente, los primeros fueron días duros. Yo no hablo nada de francés y eso lógicamente imposibilita comunicarse de manera fluida. De todos modos, como uno de los entrenadores del equipo es Mario Ledesma, me ayuda bastante y se hace un poco más fácil el día a día. Después, puedo decir que los jugadores del club me recibieron muy bien y la verdad me hicieron sentir cómodo en el plantel. Ahora, estoy con profesora particular para poder aprender bien el idioma, que de hecho me cuesta bastante, pero al haber pasado ya un mes prácticamente solo en Francia, creo que avancé mucho en eso.
El primer y segundo día desde que llegué, no hice nada, solo descansé. En ese segundo día ví desde la tribuna el partido con el Agen y realmente, quedé impresionado. No podía creer el fervor del público y la cantidad de gente que había en el estadio, me daba miedo hasta ver el partido desde la platea (risas…). Nunca imaginé estar en un lugar así. Esa semana estuve hasta el lunes sin hacer casi nada. En esos primeros días quedé hospedado en un hotel y la verdad me atendieron todos muy bien. Todo el tiempo llegaban directivos y personas allegadas al club para ponerse a disposición mía. Me hicieron sentir espectacular.
-¿Qué sentiste al debutar oficialmente con Montpellier?
– La primera vez que me tocó entrar a jugar con la camiseta de Montpellier fue inolvidable. Entré en el segundo tiempo frente a Bordeaux y realmente me sentía algo nervioso. Primero, porque no tenía mucho entrenamiento con el equipo y segundo, por jugar ante tanta cantidad de público. Fue una sensación increíble.
-¿Cómo sentiste la adaptación al ritmo de juego del equipo?
– La primera semana fue más que nada de descanso y para hacer los trámites de papeles que necesitaba para jugar. Y después, ya en la segunda empecé a entrenar con el equipo. Al tener mi primer entrenamiento, quedé muy sorprendido.
En mi vida, la pretemporada más dura que tuve fue la que hice para la Copa Vodacom, con Pampas XV. Ahí, hacíamos un turno físico, otro de rugby y otro de gimnasio. Y acá en Francia, se entrena exactamente igual pero durante todo el año. ¡No podía entenderlo ni bien me lo dijeron!
Me acuerdo que la primera práctica que tuve sentí que no terminaba más. Empezamos a las 7.30 y eran las 13.30 y todavía seguíamos entrenando. Me dolía todo. No sentía las piernas y el dolor en brazos y hombros realmente pesaba. Al llegar ya al final de la práctica, fue evidente que Fabien Galthié notó el cansancio en mi cara y me pregunta: “¿Estás cansado?”, yo lo miro y con el último aire que me quedaba le respondo: “Sí”, a lo que él me dice: “Bienvenido al rugby profesional.” Con esa respuesta me hizo un click en mi cabeza.
En esos momentos, al terminar los entrenamientos terminaba realmente ‘fusilado’. Volvía al departamento en donde actualmente vivo y sentía que tenía algunos músculos dormidos. Me sentía agotado. Pero después ya fui acostumbrándome a eso progresivamente y ahora, puedo llevar las prácticas de la mejor manera, terminando a buen ritmo.
En este nivel se entrena durísimo porque todos los que estamos nos queremos ganar un puesto.
-¿Qué has hecho en Montpellier en tus ratos libres?
– Por lo general, salgo a pasear y a conocer. La ciudad es muy linda y tiene muchas cosas para poder hacer. Durante toda la mañana entreno en el club y a la tarde puedo hacer lo que quiera. Por suerte tengo movilidad así que de vez en cuando salgo a recorrer. Hay muchos pueblos cercanos que todavía no he podido conocer, pero en cuanto pueda lo haré.
-¿Imaginaste alguna vez poder vivir una experiencia como la que te toca en este momento?
– La verdad es que no puedo creer lo que estoy viviendo. ¡Esto es una locura! Encima la gente es verdaderamente fanática del rugby y los medios le dan muchísima importancia al deporte. En los primeros días fue impactante haberme encontrado con todo esto, pero después me fui adaptando bien.
SU MIRADA HACIA LOS PUMAS…
“En lo personal y ante todo, tomo esto como un aprendizaje diario que me va a servir muchísimo para crecer como jugador. Mi sueño siempre fue estar en Los Pumas. Eso fue lo que siempre tuve en mi mente y ojalá algún día se me dé, pero mientras tanto, tengo la responsabilidad de mostrar que estoy para mucho más en Montpellier y poder seguir sumando minutos”, indicó el jugador oriundo de Chajarí.
Fotos: www.montpellier-rugby.com