Ley del juego N°20. Abriendo el capítulo de las ‘fijas’ que lo dividiremos en dos partes (scrum y line).
Comenzaremos por la que tal vez sea una de las características o curiosidades (para el público en general) más resaltantes del rugby, además de lo que en sí misma representa ‘su’ propio partido para los forwards, sobre todo para ‘los 3 de adelante’(a lo que en su conjunto llamamos la primera línea: pilar-hooker-pilar), el SCRUM.
Siguiendo las leyes del juego (a las cuales una vez más los invito a remitirse), el propósito del scrum es el de reiniciar el juego rápida, segura e imparcialmente, después de una infracción menor (las más frecuentes: knock on y pass forward) o de una detención.
Un scrum se forma dentro del campo de juego cuando ocho jugadores (puede excepcionalmente formarse con hasta no menos de cinco) de cada equipo, tomados en tres líneas por cada equipo, se juntan con sus oponentes de modo que las cabezas de los primeras líneas quedan intercaladas. Así se forma un túnel al cual el medio scrum (n°9) introduce la pelota (de modo imparcial) para que los jugadores de las primeras líneas puedan disputar la pelota hookeando con cualquier pie.
Sin duda estos tres jugadores son los verdaderos soportes (valga la redundancia: PILARES) de todo el equipo. Muchas veces su juego no luce tanto (sobre todo en la relación mientras menos se sabe del juego-menos se ve realmente todo el valiosísimo aporte de estos titanes), pero su tremendo esfuerzo dentro de la cancha es bien valorado y reconocido por cualquiera del resto de los otros doce compañeros y entrenadores. De ahí sus características de notable envergadura física y peso, su desarrollo muscular en zona del cuello-trapecio-espinales, para poder encarar la ‘lucha’ cabeza a cabeza, cuerpo a cuerpo, con el ‘toro’ de enfrente. De esto se deriva claramente la necesidad, contemplada en el reglamento, de contar todos los equipos (a partir de la edad en que se disputa el scrum: 14/15 años) con los tres cambios específicos para poder relevar estos puestos.
Afirman muchos primeras líneas y gente estudiosa del tema, que en esta posición se alcanza la madurez o pico de conocimiento del puesto, alrededor de los 30 años. El de primera línea es un puesto que requiere de mucha técnica, aprender a formar bien en el scrum, con la espalda derecha, la postura de cabeza y piernas, y demás en lo individual; y también ensamblar todo el grupo, con el hooker (n°2) como líder natural de esta formación: la fuerza de brazos sobre todo de la primera y segunda línea, el empuje coordinado, la posición de las distintas partes del cuerpo en las distintas secuencias, etc. Sobre todo el puesto de pilar, tanto izquierdo (n°1, con más movilidad, involucra sólo el hombro derecho) como el derecho (n°3, el de mayor compromiso y desgaste en el scrum, con los dos hombros involucrados), requiere de bastante dedicación, horas de entrenamiento y aprendizaje.
Y ojalá esta nota sirva como pequeño homenaje o reconocimiento a esos verdaderos luchadores de primera línea que tiene todo equipo de rugby! Porque generalmente, y es más fácil, destacar o hablar de la función o tipo de juego del 10, del 9, del 15, o a lo sumo de la tercera línea, pero muchas veces nos olvidamos de la fuente, de los que le dan comienzo a la vida del juego (para que después se luzcan los que ocupan las posiciones recién mencionadas, aunque también es cierto que también la ligan lindo cuando equivocan su juego/decisiones).
Ese agrupamiento de jugadores, de los ocho forwards de cada equipo enfrentados en posición de cuclillas al iniciar la formación (a distancia de un brazo extendido para evitar el embestir al rival), para luego siguiendo la secuencia indicada por el árbitro hasta la voz de formen (que en todo caso es indicativa y no una orden) quede establecida esa masa compacta en posición de empuje, que seguramente hasta cueste meter los dedos entre jugador y jugador firmemente tomados entre sí. Esa adrenalina, esa fiereza enfrascada en esos momentos, antes de que cada equipo, una vez entrecruzadas sus cabezas (los primeras líneas) y al momento de la introducción, empiece una puja por la pelota de un pack de jugadores de alrededor de 800kgs contra otros 800 (haciendo referencia a plantel superior, puede ser un pack liviano de 700 aprox. o un super-pesado internacional que puede hasta superar los 900). Es muchísima fuerza en acción, que requiere de mucha preparación y entrenamiento previo. Una bien lograda amalgama de técnica, coordinación y fuerza.
Hay bastante para decir sobre el scrum, que llama particularmente la atención tanto de neófitos como de eximios y veteranos primeras líneas. De hecho, es seguramente la situación del juego más difícil para juzgar infracciones por parte del árbitro. Mucho de lo que pasa ahí adentro lo saben sólo los que están involucrados en ese debate, en esa ardua disputa por la obtención de la ‘ovalada’.
Me detengo para observar un aspecto de esta formación fija, la introducción de la pelota de modo parcial, que se viene ‘tolerando’ o permitiendo de manera injusta e inentendible (tanto en el ámbito local como internacional). Sería bueno que participe con su comentario algún árbitro y/o entendido en la materia y que comparta su aporte con los menos entendidos o entendedores sobre este asunto tan llamativo. Se recuerda que esta acción indebida debe ser penalizada con un free kick (ley n°20-5-d).
En cuanto al entrenamiento, preparación física, ejercicios específicos en gimnasio (sobre todo de cuello), etc., que requiere la práctica del scrum, es muy importante que tomemos conciencia y nos metamos bien en la cabeza todo lo serio que es este tema (pueden devenir lesiones graves e irreversibles si no lo tomamos con suma seriedad y capacitación). No es como para decir a la ligera los ‘gorditos’ van al scrum y que pechen. NO, más allá de las incumbencias no tan positivas en cuanto a lo más o menos peyorativo del trato al hacer referencia a los chicos que ocupan estos puestos de empuje, es fundamental el hecho de asumir un compromiso a la altura de las circunstancias por parte de los entrenadores (y con mucha más razón en las divisiones formativas); y de no saber, buscar a alguien del club que de una mano (aunque sea que participe cada tanto del entrenamiento de scrum) y/o capacitarse, aprender sobre el tema, consultar con primeras líneas o ex, en definitiva, dedicarle especial atención.
El scrum es una fuente de obtención; es decir, es un medio para hacerse con la posesión de la pelota y a partir del cual, surge toda una estrategia de juego, de ataque, de la que participa todo el equipo, forwards y tres cuartos (o backs). Según los estilos que cada club tenga en general, se verá una mayor propensión al juego de forwards, de backs, o a un juego más combinado, más integral. A modo de dar un pantallazo ya que el tema es vasto (y no es el principal objeto de esta nota), podemos decir que el juego deliberadamente y a través de códigos preconvenidos que deciden entre los medios (n° 9 y 10), puede desarrollarse cerca de las formaciones (o canal 1 y en donde decimos, en la medida que prevalezca esta tendencia, que un equipo juega más con sus forwards), más bien buscando el centro de la cancha (canal 2, ya más usando sus backs, aunque también se mezclan forwards, sobre todo de la tercera línea), o atacando por afuera, desplegando el juego tratando de usar todo el ancho del campo, atacando por ‘las puntas’ (canal 3, en donde la velocidad y el juego de pases cobran el papel principal).
El scrum sirvió para que Los Pumas, sobre todo en las últimas décadas, se ganaran un elogiable respeto internacional (es común leer entrevistas a representantes de potencias como Francia, Inglaterra, Australia y hasta los mismos All Blacks, haciendo alusión al poderío de Los Pumas en esta formación). A nivel clubes y con referentes de la talla de ‘Catamarca’ Ocampo o ‘Veco’ Villegas, con la introducción de conceptos clave como la famosa ‘bajadita’, el empuje coordinado y muchas horas de máquina o ‘amasadora’ como se la conoce en lenguaje ovalado, no podemos dejar de citar al SIC como ejemplo al que han tratado de imitar y seguir varios clubes del interior, al menos en este aspecto.
Hasta hace poco la línea de off side en el scrum pasaba por el último pie del último jugador (generalmente el n°8), ahora, como una de las modificaciones a las reglas, dicha línea imaginaria se traslada a cinco (5) yardas a partir de la línea anterior. Buscando con este cambio que el juego de backs tenga más espacio como para lanzar jugadas, intentar mover más la pelota, animarse más a atacar.
Los backs con su juego vistoso, ágil, veloz, con combinaciones a veces cuasi artísticas; y la mística, la aspereza, el compromiso con el de al lado, el folklore que tiene el scrum (podríamos sumar también al maul o al juego de forwards en general), achicando las distancias, componen un todo, forman parte de un deporte, tornándolo excepcional.
Gracias y nos quedará pendiente para la próxima cerrar este capítulo con el LINE.
Por Mariano Lemoine, desde Mendoza, especial para Tercer Tiempo