La historia de la colonense Valentina Díaz, con el rugby a flor de piel

Desde el 7 de diciembre de 2007, fecha de su fundación, el Colón Rugby Club supo manifestar un crecimiento incesante y cada avance, fue dejando su marca.

El año pasado, su actual titular, Analía Fabre, fue erigida como la primera mujer en presidir una institución de rugby en Entre Ríos mientras que, en 2019, Valentina Díaz había sido pionera en la costa del Uruguay, al ser convocada para una concentración de la Unión Argentina de Rugby (UAR).

Dada aquella citación juvenil, Valen se convirtió en la quinta entrerriana en la historia en ser llamada por la entidad que rige al deporte en el país. En cuanto a los antecedentes de entrerrianas, cabe destacar que en 2016 habían tenido su citación conjunta las paranaenses Sheila Taborda y Melina Cornejo. Asimismo, fue llamada un año después la crespense Martina Seimandi en juveniles y la villaguayense Antonella Reding, quien es hasta el momento la única en haber lucido la casaca argentina en un certamen oficial.

La colonense, hoy por hoy -con tan solo 18 años- divide su tiempo entre el entrenamiento y el estudio familiar de tattoo familiar, por lo que une sus dos pasiones. No obstante, admite que todavía no tiene ningún tatuaje propio que la vincule al rugby. “Soy bastante jodida en cuanto al dolor del tattoo así que estoy terminando en cuotas los que tengo”, admitió.

– ¿Cómo sobrellevan esta temporada en Colón RC?
– La verdad que a diferencia de los años anteriores se sumaron varias chicas. Hoy somos un total de 12 jugadoras entrenando y contamos con una manager y un buen staff, así que nos sentimos muy felices por eso.
Por otro lado, el club está cada vez más lindo. Hay mucha gente metiéndole mucha energía. La verdad es que en lo personal siempre me sentí muy acompañada con todos los que conforman el club, pero que este Ana Fabre cómo presidenta me pone muy contenta. Es muy lindo ver a una mujer en un cargo tan importante como tal. Me siento realmente muy orgullosa de ser parte de Colon RC.
La situación está muy complicada. Yo creo que, a esta altura, todos lo tenemos bastante claro. Hay ganas de entrenar, de jugar, de viajar y del tercer tiempo con los otros equipos, como antes de todo esto, sin dudas, pero hoy la realidad es otra y creo que nos estamos amoldando bien. No es fácil, pero intentamos sobrellevar el panorama que nos toca vivir.

Desde lo personal, ¿cuáles son tus objetivos para esta temporada?
– Principalmente, la verdad es que tengo muchas ganas de jugar. Este año debute en el Plantel Superior así que estoy con ganas entrenar con mucha voluntad por seguir aprendiendo. Quisiera también estar en el seleccionado mayor de la Unión Entrerriana de Rugby y ganarme un lugar en el equipo. Me quedó un gusto amargo desde el último Seven de la República que se realizó, ya que justo padecía una lesión y se presentó como un golpe duro para mí, por lo que me encantaría ser parte del equipo en la próxima edición del campeonato. Y, por supuesto, que estoy con muchas ganas de ser llamada otra vez para una concentración nacional, así que estoy metiéndole al entrenamiento, intentando aprender y mejorar todo lo que se pueda.

– ¿Cómo alternás entre el trabajo y el entrenamiento?
– Terminé el año pasado la escuela secundaria. Estaba con ganas de estudiar Profesorado de Educación Física, pero por distintos motivos no se dio este año.
Así que estoy trabajando con mi papá y hermano, somos tatuadores los tres. Mi papá tatúa hace 29 años. Con Juan, mi hermano, lo vimos desde chiquitos y siempre estuvimos cerca. Hoy trabajamos los tres juntos. En lo personal me encanta compartir esto con ellos. Mi papá es el timón en el estudio y nos sentimos muy privilegiados de tenerlo. Aprendemos mucho de él, en todo sentido. Y, por otro lado, mi mamá es la que nos aguanta a los tres en la misma, es un poco nuestro cable a tierra. Ella, al igual que yo, está muy involucrada en el club con el rugby femenino y me acompaña mucho en lo deportivo.

 

SUS INICIOS

“Arranqué a entrenar en el 2018, a un mes de cumplir los 16 años. Empecé a ir al club porque Sebastián Bonvin -jugador de Primera División y entrenador- me comentó sobre el rugby femenino. Así que el próximo entrenamiento asistí y me encantó. Había hecho hockey el año anterior y tenía ganas de hacer otro deporte, entonces cuando lo charlamos con Seba, me vino muy bien”, valoró.

A FUTURO

“Me encantaría tener una experiencia en el rugby profesional. Es el sueño de todo jugador. Sin dudas lo anhelo y entreno siempre para llegar. A veces, con pocas ganas, pero siempre metiéndole garra siempre para poder escalar hasta lo más alto y absorber toda la información posible”, dijo Valentina y concluyó: “Soy muy feliz jugando y estoy con los brazos abiertos para todo lo que venga”.

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