Viale, a poco más de 50 kilómetros de Paraná, se caracterizó a lo largo de su historia deportiva principalmente por la pasión de su gente con el fútbol. La grieta entre Viale Football Club y el Club Atlético Arsenal se mantiene a flor de piel, con un fanatismo muy bien entendido por los hinchas.
Sin embargo, 17 años atrás emergió el rugby, una disciplina hasta entonces desconocida en la ciudad, que solamente se veía a través de la televisión o se mantenía viva mediante los relatos de quienes supieron disfrutarla desde adentro en otra época, como Julio Barbagelata. Ni más ni menos que el primer entrenador del equipo.
Camatí nació y se perduró en el tiempo como una Escuela Municipal de Rugby. Hasta 2016, no era un club ni tenía una subcomisión. Las decisiones se tomaban de manera conjunta entre jugadores y colaboradores. Asimismo, la organización creció y llegó a ubicarse como equipo, entre los mejores del Desarrollo provincial, donde hoy se encuentra.
Justamente hace siete años, el Municipio vialense tomó la determinación de que Camatí dejara de estar en sus planes. En virtud de ello y considerando la buena relación que históricamente hubo con la Comisión Directiva del Club Atlético Arsenal, las ‘Avispas’ llegaron al acuerdo de integrarse a esa institución.
«Fue un momento histórico que nos puso a todos muy contentos”, contó Mauro De Ángelis, uno de los máximos referentes de la entidad.
HISTORIA LATENTE
“En parte, el comienzo del rugby en Viale fue un poco antes de 2006, pero siempre fue más que a través de arrebatos sueltos, más nada por chicos que tenían ganas y se juntaban a golpearse un poco. Hasta que en el propio 2006, Leonel Saladino plantó bandera diciendo que tenía lugar donde practicar y lo fundamental, un entrenador. Se trataba de Julio Barbagelate, quien fuera el propulsor de los primeros cuatro años de Camatí en Viale y que hoy continúa como manager”, sostuvo De Ángelis.
“Respecto al nombre ‘Camatí’, no recuerdo bien quién fue el de la idea, pero creo que Aníbal Comas -hoy ex jugador-. En su momento nos gustó la denominación ya que se refería a la avispa Camachuí, aguerridas y que pican fuerte”, narró.
“En aquel momento no era fácil entrar en Viale con un deporte poco visto hasta en la tele. Se podría decir que no era fácil conseguir jugadores. Hoy tampoco lo es, pero al menos se hizo más popular y la mayoría sabe o conoce el juego”, indicó el capitán del equipo.
“Creo que el momento más memorable de nuestra historia fue sin dudas aquella gira por Europa en 2012, yendo por España e Italia en un viaje realizado con mucho esfuerzo y trabajo. Realmente el monto grande del viaje se generó con trabajos de grupo (venta de asado con cuero, fiestas gastronómicas, venta de empanadas, etc.). Se trabajaba los sábados y se jugaba los domingos”, recordó.
Cabe destacar que entre otros títulos, Camatí lleva conseguido en más de una oportunidad, el máximo lauro del segundo estamento del Torneo Provincial y en 2017, se hizo con el Torneo Clausura Provincial de Mayores.
No obstante, la intención de ir por más, siempre está latente: “Sin dudas una deuda pendiente que tenemos es poder hacernos fuertes en divisiones infantiles y juveniles. Es decir, tener un gran semillero y que nunca se corte, aunque sabemos lo difícil que es en estos pueblos chicos. Pero no bajamos los brazos y estamos para trabajar más y más en ese aspecto”, concluyó De Ángelis.
DEJÓ SU MARCA
En 2016, arribó a Viale, Marcelo Giménez. Conocido en el ambiente como ‘Concheto’. Ex jugador del Paraná Rowing Club, fue llamado por los vialenses para sumarse como entrenador, dada su experiencia en el rol, que ejercía incluso mientras estaba en actividad.
– ¿Cómo y por qué se dio tu vínculo con Camatí?
-Lo tomé como un desafío con gente que sinceramente no conocía y que necesitaba una mano de algún entrenador, ya que se habían quedado solos. Conocí al capitán y un jugador más. Acordamos y arranqué.
-¿Cómo viste al club en aquellos primeros años y como lo notás ahora?
-Al club lo vi sin gente que haya dejado de jugar y siga al costado de la cancha. Por eso invité a un amigo que me ayudara en este proyecto, ya que había un hermoso grupo de personas que querían y necesitaban de alguien que pueda conducirlos desde afuera; que les enseñe a amalgamar el grupo; que les explique los valores que tiene este deporte maravilloso. Y esta persona sí que sabía enseñarnos a todos cómo ser parte desde donde nos toque y darnos ese plus de conocimiento cómo es el Fede (Zárate). Con el paso de las semanas, entendimos que estos chicos querían más y más y dijimos ‘demos todo lo que tengamos de nosotros’. Nos propusimos viajar, llegar tarde a casa, sentir el frío de la noche vialense… Total, el calor nos lo darán ellos en cada entrenamiento y en cada domingo. Y no nos equivocamos.
-¿Cuál creés que es la proyección del club?
-La proyección del club es dura. En Viale tienen mucha rivalidad futbolera. Los padres sueñan o quieren que sus hijos sean grandes jugadores de fútbol y no cruzarse de vereda y menos aún, probar otro deporte. El secreto está en las escuelas. Buscar, mostrar y demostrar que este deporte es fantástico. Hay un recambio. Lento pero seguro, tranquilo pero creciendo. Ojalá los chicos sigan el ejemplo de los grandes.
-¿Qué significa Camatí para vos?
-Camatí significa amor, esfuerzo y humildad. Ganas de darlo todo siempre. Amo cada persona que conocí en Viale. Los quiero para todos mis días. Estoy seguro que con la ayuda de Dios y la mirada bien alta, recorrerán con éxito el camino de la vida. A estos chicos se los recomiendo y les deseo se los crucen en cualquier lugar de este mundo. No me equivoqué al conocerlos y no me equivoqué en dar todo de mí. Simplemente puedo decir: Gracias por todo Camatí.