La pradera del Capibá RC

El amplio espacio de la amistad. El amplio espacio que Capibá RC mostró el reciente sábado a los deportistas y visitantes es eso: la verde pradera de la amistad. Recorrerla fue gratificante. Fue comprobar la bondad del anfitrión. Fue comprobar su orgullo. Fue comprobar, también, su humildad.

Federal se llama el torneo de rugby que se disputó. En síntesis: la policromía nos envolvió a todos. Terminó casi de noche. Cena, premios y música. El cielo se enojó, seguramente porque la fiesta llegaba a su fin. ¡Cuánta agua que descargó! Pero no lo apagó. El fuego del Capibá RC sigue firme. Su gente incansable, todos, tienen esa llama que distingue a los que aman al rugby. A los que aman lo que hacen. A los que aman la vida. Ellos, tal vez, no saben, o no se dan cuenta de lo que irradian… pero hasta el desprevenido, el más distraído se apoltronó en esa alfombra de la felicidad que el organizador preparó con mucho amor.

Así lo entendimos todos.

Por Jorge Mazzieri, para Tercer Tiempo

Opinión

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