Carolina Larrazabal, manager de los juveniles de Capibá Rugby Club narró a Tercer Tiempo sobre el campamento que llevaron adelante los jóvenes amarillos, en Villa Urquiza, durante el fin de semana.
El encuentro valió para despedir el dificilísimo año que trastocó el planeta y en el cual la entidad del Carpincho, a pulmón, sobrellevó las contingencias que se presentaron.
Con el visto bueno y empuje desde la conducción directiva de la institución, que tiene como titular en su segundo mandato, a Adrián Saibene, se concretó el cierre habitual de fin de temporada.
Con todas las expectativas puestas en el 2021, que perfila recomponer casi la nula actividad que hubo durante este año tan particular, los jugadores despidieron el año.
Carolina destacó y agradeció “el apoyo de la Comisión Directiva a la iniciativa del PF Ariel Barreiro y uno de los entrenadores, Fernando Pastori, que se empezó a gestar allá por octubre, cuando se empezó a flexibilizar los entrenamientos para las entidades deportivas, obviamente con los sumos cuidados del protocolo UAR, independientemente de estas prácticas progresivas, necesitábamos afianzar los grupos, y lo del campamento era ideal».
La Manager hizo un repaso, “el año atípico nos descolocó, como a los demás clubes, pero no detuvo su andar durante la pandemia para mantenerse en contacto con los chicos de la divisional juvenil. Vía WhatsApp y Zoom había un canal permanente con estos antes de octubre sobre entrenamiento individual, nutrición, reglamento, videos de partidos recomendados, etc”.
Larrazabal, sobre el periplo del fin de semana en Villa Urquiza, describió “el programa lo armó y siguió paso a paso Ariel, comenzó por la mañana con el armado de carpas, luego hubo una caminata, a la tarde se entrenó y se jugó un reducido – 5 contra 5 – en la playa, ya que el municipio nos cedió tal espacio. El sábado concluyó con un fogón, en el cual se dio una charla sobre de cierre del año y con presentes ser reconoció a jugadores y entrenadores por seguir y representar a su club tras este año tan atípico”.
Para cerrar la charla guardó Carolina, «es el deseo para el año que viene, que ceda todo esto que ha sido traumático y poder comenzar con las prácticas a fines de enero, ojala así sea, porque ganas sobran y los chicos después de esta movida con mucha interacción quedaron muy entusiasmados y ese envión hay que aprovecharlo, mantenerlo y continuarlo, como dicen los profes, para afianzar los grupos y que nuestro querido club siga creciendo».
(Fotos: gentileza Carolina Larrazabal)