El sábado pasado recibí una llamada de un ex dirigente de la Unión de Rosario y con participación también a nivel nacional, por el momento alejado de la gran ciudad santafesina, espantado antes las noticias que llegaban a sus oídos.
Me tiró enseguida la pregunta: “que sabes de la protesta de Jockey por el partido final con Duendes en el Torneo Regional del Litoral”? me dijo. Le respondí que lo único que conocía es lo publicado en el Boletín de la UER en donde se anuncia que Jockey había solicitado una reunión del Comité Superior del TRL. Además le apunté que me parecía anti reglamentario porque este último cuerpo debe tratar los temas que le pasa el Comité Ejecutivo, pero bueno eso no sería óbice para que finalmente se reunieran habida cuenta de los sucesos de los últimos tiempos. También le dije que no sabía a que respondía ese pedido y su respuesta me dejó expuesta la miseria con que se manejan algunos en el rugby del litoral.
Según me dijo este ex dirigente, debería decir honesto gran dirigente, la protesta de Jockey es por la fecha de disputa del partido con Duendes, como se recordará suspendido el sábado originalmente por tormenta eléctrica. Finalmente se jugó el martes siguiente cuando los campeones contaron con todos sus jugadores, incluidos sus Pumas. Jockey alega que el alto dirigente URR (con intereses muy fuertes en ese partido) había señalado que tanto la UER como la USR habían opinado que debía disputarse ese día, contra la opinión de Jockey de jugarlo el domingo y que eso inclino la balanza hacia el martes.
El tema es que Jockey habría comprobado que esa consulta a las otras Uniones (UER, USR) nunca existió y solo fue una argucia dentro de las miserias que se multiplican en el rugby litoral.
Obviamente que oficialmente nada se sabe ya que todo se oculta. El ex dirigente tampoco sabía si se había concretado esa reunión del Comité Superior, como tampoco conocía la miserable decisión sobre el tema de la “indebida inclusión” de un jugador de Provincial a la que la soslayó porque la catalogaron de buena fe. Rowing apeló aquella decisión y lo normal, como dice el reglamento, es que se la eleve al Comité Superior. “Favor por favor” se paga y dudamos mucho que se revea la “buena fe”.
Miserias que ocurren en el rugby litoral.
Por Manuel Arrías