Tras la frustración de caer en el partido inaugural ante Francia, el seleccionado neozelandés goleó a Namibia por 71-3, en el Stade Toulousain.
Los oceánicos prevalecieron con claridad ante un rival muy débil y volvieron a posicionarse entre los candidatos a quedarse con la Copa del Mundo.
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Al cabo del primer tiempo, frente a 31.996 espectadores, los All Blacks denotaron todo su poderío y con una actuación estelar del apertura Damian McKenzie, superaron 38-3 a Namibia. Seis tries en el período inicial, de muy buena factura, prácticamente sentenciaron los guarismos.
En el complemento los de negro continuaron arriba en todos los aspectos del juego y con suma facilidad siguieron sumando en el tanteador a raíz del elocuente dominio territorial y de posesión, hasta sellar el resultado final.